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jueves, 18 de octubre de 2012

Rememora CDHDF el legado de la defensora Digna Ochoa Y Plácido

A 11 años de su asesinato, intentará una vez más que la CIDH atraiga el caso.
Defensoras y defensores reflexionan sobre los retos para garantizar su seguridad.

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Foto tomada de Twitter de la CDHDF.
Conmemorando a la defensora de derechos humanos Digna Ochoa.

Fuente: CDHDF


A 11 años de su asesinato, Digna Ochoa y Plácido continúa aportando a la defensa de derechos humanos, visibilizando a las mujeres defensoras y evidenciando algunos de los tipos de violencia de género de que son víctimas, aseveró el Secretario para la Promoción de los Derechos Humanos e Incidencia en Políticas Públicas de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Gerardo Sauri Suárez.

En el evento Conmemorando a Digna Ochoa “Los retos de la protección de personas defensoras de derechos humanos”, dijo también que las reflexiones tienen como finalidad rememorar la labor de Digna Ochoa, como ejemplo de una férrea defensa de los derechos humanos, así como compartir los retos y las experiencias de las organizaciones y de defensoras y defensores en el tema de la protección.


Al hablar de “La importancia de multiplicar el legado de Digna Ochoa en el México actual”, Sauri Suárez señaló la preocupación de la CDHDF ante las 145 agresiones en contra del derecho a defender derechos humanos, con casos de homicidios sucedidos mayormente en Michoacán y Oaxaca, 60 detenciones arbitrarias 54 amenazas, 53 casos de hostigamiento, además de agresiones por el uso desproporcionado del sistema penal y de obstrucción a la libre manifestación, entre otros, registrados de enero a junio de este año.

Durante su participación en la Mesa I. “En homenaje al legado de Digna Ochoa y Plácido como defensora de derechos humanos”, el hermano de la defensora, Jesús, señaló que a Digna la asesinó un miembro del Ejército mexicano que renunció en diciembre de 2001, luego de que desde 1995 había recibido amenazas, presuntamente de parte de quienes se sintieron amenazados por los casos que estaba defendiendo.

Al referirse a los “Pendientes en el caso del asesinato de Digna”, dijo que aunque para las autoridades del Distrito Federal el caso está cerrado “Para la familia queda muy claro que así fue por intereses políticos, personales o de grupo de las autoridades”, que al principio reconocieron un homicidio y posteriormente giraron las investigaciones para concluir que la defensora se había suicidado.

“Nos reunimos con autoridades de la Procuraduría capitalina y nos dijeron que tenían la opción de declarar el caso como homicidio, suicidio o una reserva, pero que al final el caso se decidiría ‘desde arriba’. Eso nos duele, porque teníamos una fe ciega, creíamos en el Gobierno de ese momento, pensábamos que realmente se iba a esclarecer”, lamentó.

En tanto, el abogado del caso, David Peña, resaltó que el reconocimiento del asesinato de Digna Ochoa es el mayor pendiente de reivindicación de los derechos humanos y del trabajo de las y los defensores.

Rechazó asimismo la tesis fundada en una necropsia psicológica, construida suciamente, dijo, con base en testimonios manipulados de quienes trabajaban con ella y de otras personas que convivieron con ella.

En razón de ello, dijo, insistirán una vez más para que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), retome el caso cuyo expediente abrió al siguiente día de que la defensora de derechos humanos fue hallada muerta en su despacho.

Advirtió que sistema jurídico mexicano tiene limitaciones que permitieron un giro a la investigación del caso, de la línea del crimen hacia el suicidio, el cual rechazó categóricamente.

Por su parte, la ex Primera Visitadora de la CDHDF, Pilar Noriega, reconoció que en el caso persisten prácticas irregulares que fueron denunciados por ella y lo continúan siendo por otras y otros defensores, pero que en el de Digna es paradigmática la criminalización de la víctima, ya que de manera singular, primero fue reconocido como crimen político para después construir una imagen de mujer deprimida y desaliñada que, sin embargo, en sus últimas semanas se le vio radiante y entusiasmada por su trabajo como defensora.

La también defensora y compañera de lucha de Digna Ochoa, habló sobre los “Retos vigentes del caso para la protección a defensoras y defensores”, dijo que, entre las irregularidades, no se respetó la escena del crimen, además de que durante el giro de la investigación muchas declaraciones, como la suya, parecieran haber sido obviadas e incluso tergiversadas para tratar de sostener el suicidio.

La Mesa I, que al finalizar brindó un minuto de aplausos a la memoria y el trabajo de Digna Ochoa y Plácido, fue moderada por la Relatora para la Atención a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos, Claudia Ordóñez.

En la Mesa II. Reflexionando sobre la seguridad de las personas defensoras, se contó con el testimonio de la defensora, Norma Andrade, “La defensa de los derechos humanos desde y para las mujeres”; así como con la participación de Asociadas por lo Justo (Jass); el Comité Cerezo, con la “Situación actual de las personas defensoras de los derechos humanos y la documentación como forma de prevención de violaciones de derechos humanos en su contra”; de Clemencia Correa, del Posgrado de Derechos Humanos de Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), con “Los costos de defender los derechos humanos”; y de Católicas por el Derechos a Decidir.

En la Mesa III. Experiencias y retos en la prevención y protección de defensores/as, asistieron Acción Urgente para Defensores de Derechos Humanos (ACUDDEH), para hablar sobre los “Retos en la prevención, protección y seguridad dirigida a personas defensoras de los derechos humanos, y su aplicación”; Clara Meyra, del Centro de Derechos Humanos “Fray Francisco de Vitoria” (CDH Vitoria), con “Mecanismo del Distrito Federal”; y Amnistía Internacional.

Para finalizar, habrá un espacio para Conclusiones y un diálogo participativo.

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