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jueves, 1 de noviembre de 2012

Por el respeto de los derechos humanos de todas las personas, aún las fallecidas

Reivindica CDHDF derechos de las personas fallecidas, en su exposición de ofrendas y calaveras.
En el Día de Muertos, la CDHDF se pronuncia por derechos a la justicia, al honor, al trato digno del cuerpo, al respeto a la imagen y a la reputación y al cumplimiento de la voluntad, entre otros, después de la vida

Fuente: CDHDF


La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) exhortó a fomentar la celebración del Día de Muertos y a aprovechar los momentos de recreación, a través de la diversidad cultural del país, para reflexionar sobre la amenaza que significa la impunidad que pesa sobre las muertes que siguen esperando justicia.

A través del Secretario Ejecutivo de la CDHDF, José Luis Gutiérrez Espíndola, este Organismo Defensor llamó a evocar la memoria de todas aquellas mujeres, hombres, niñas, niños y adolescentes que han muerto injustamente, así como de aquellas que han muerto a causa de su lucha en favor de los derechos humanos.


En ese rubro, mencionó el Derecho a la honra y a la dignidad, el Derecho a la reivindicación de la imagen de quienes después de muertos son vituperados y calumniados; el Derecho a un trato respetuoso; el Derecho a que se haga justicia en todos los casos en que las muertes siguen sin esclarecerse, incluso sin investigarse, en la total impunidad; el Derecho a la reparación del daño; y el Derecho a la memoria: “Para que tengamos presente lo que no debemos permitir que siga ocurriendo”.

En un breve acto de reconocimiento a la participación de los equipos de trabajo de la CDHDF que colocaron ofrendas temáticas y elaboraron calaveras literarias, recordó que desde hace tres años, se ha procurado que la celebración del Día de Muertos lo sea también de la diversidad cultural del país y del fomento de la colaboración entre las y los ‘comisionados’.

“Es un momento para reflexionar y hacer un ejercicio de memoria sobre el tiempo, la desidia y la impunidad que amenazan con cubrir con el manto del olvido las injusticias y los abusos sobre los muertos y asesinados que no debieron serlo y que siguen esperando justicia”, insistió.

Gutiérrez Espíndola explicó también que en razón de lo anterior el eje temático de las ofrendas y calaveritas fueron en esta ocasión “Los derechos de las personas en la muerte, valga la expresión, y lo que significan para el trabajo de esta Comisión”.

Finalmente, reconoció también la participación de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) invitadas a la exposición de ofrendas, como la Red de Periodistas de a Pie, el Centro Transitorio de Capacitación y Educación Recreativa “El Caracol” A.C., el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio y Reporteros sin Fronteras.

En tanto, la integrante de la Red de Periodistas de a Pie, Daniela Pastrana, señaló que con cada periodista asesinado, secuestrado o desaparecido, amenazado u obligado a exiliarse o callarse, el país se va quedando sin testigos y sin voz.

“Dejamos de saber lo que pasa en nuestra cuadra, nos vamos quedando sin observadores de los excesos del poder, sin fiscalizadores de la corrupción, sin denunciantes de los abusos a los derechos humanos”, advirtió al señalar que la conductora de televisión en San Luis Potosí, Adela Alcaraz, tiene cinco días desaparecida.

En México, los periodistas somos asesinados varias veces, insistió Pastrana: “A la muerte física, se suma la muerte profesional; no conocemos el trabajo de los colegas asesinados, no sabemos por qué los mataron, qué investigaban, si eran buenos fotógrafos”.

Además, subrayó, se agrega una muerte moral: ‘En algo andaba’, se piensa cuando uno cae. ‘Se expuso demasiado’ o ‘Se precipitó al salir corriendo’, dicen de los exiliados. ‘Está exagerando’, ‘Quiere lucrar’, dicen de los que piden ayuda.

Leyó la lista de nombres de más de 80 periodistas asesinados en los últimos 10 años y de 21 de algunos de quienes permanecen desaparecidos y a los que, lamentó, podrían sumarse otros que ya están muertos en vida por ejercer su labor periodística.

Por su parte, el Coordinador de “El Caracol”, Gerardo Rodríguez, reconoció el acompañamiento de la CDHDF en la búsqueda de justicia para las personas que, por vivir en la calle, sus restos han tenido que esperar hasta 18 días para ser entregados a sus amigos y allegados, a quienes en no pocas ocasiones les dan ‘un cuerpo equivocado’.

La vida de las personas que pertenecen a las poblaciones callejeras transcurre de la invisibilidad, por los riesgos a que están expuestas en la calle, a la impunidad de su muerte y en su búsqueda de justicia, reiteró.

En su intervención, la representante del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, Irinea Buendía, llamó la atención sobre la divergencia entre los avances en materia jurídica a favor de las mujeres y a la realidad de la violencia de género que día a día cobra vidas en el Estado de México, donde es invisible para las autoridades.

“Desgraciadamente la actuación de las autoridades destaca por su negligencia en la integración de las averiguaciones previas, la falta de pruebas periciales, la recopilación de pruebas y el ocultamiento y/o destrucción de pruebas en el cumplimiento de protocolos del Código de Procedimientos Penales de esa y otras entidades, y su franca complicidad con la impunidad y la corrupción”, señaló.

Dijo que la ineficacia de las autoridades frente a los casos de violencia de género y los feminicidios propicia un ambiente de impunidad, que facilita y promueve la repetición de esos y otros hechos, además de enviar el mensaje de que cualquiera puede matar a una mujer ‘sin que pase nada’.

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